enero 18, 2007

Huelga pasada desde una micro en Santiago de Chile...


foto desde http://grabados.org/LEARlibro/sindicato.htm

Ahí están otra vez… los porfiados de siempre. ¿Cuántas huelgas se verán durante el mes en santiago?, ¿qué ganarán?, ¿a quienes o cuantos despedirán?.
Cuantos de nosotros hemos pasado inadvertidos, indiferentes, pensativos, lacónicos, inútiles frente a la vida de los otros. Compartimos espacios, sin quererlo. Ya estaban ahí antes que yo, ellos y los espacios. Cambian con los años, pero mantienen su espíritu de provisionalidad. De qué sirve nuestro paso por estos rumbos. Daría lo mismo en otro país, otro espacio, otras otredades.
¿Cuántas miradas sintonizan conmigo?, ¿difieren de mi? Las que se indiferencian deben ser las mas. Hay tanta gente en este mundo, y ¿cuántos son parte de mi mundo? Mi hijo, mi familia, mi amante, mi ex esposa, su familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo, de estudio, la gente que conozco de otras épocas en espacios compartidos. Cuanta indiferencia me late desde mi propio mundo, ¿cómo no ser indiferente? No pienso en la improvisada humanidad que nos detiene frente a la mano de alguien, frente a una postal de la pobreza, frente a la caja de un supermercado, frente al televisor y sus señales del hambre, de la tragedia cotidiana de otros, sin nombre y apenas como un titular de reportaje. Nunca ven televisión los que están en ella, ni menos cuando la noticia es la propia muerte, la propia inundación, la guerra que se les vino encima, la pobreza que se hereda como un destino.

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