mayo 10, 2007

botellas al mar










imagen: http://persianaamericana.blogspot.com/2005/07/cavas-submarinas.html


Ahora ya de día deberían ir muy lejos
mar adentro las botellas que zarparon de la playa bajo tus pies
hermanadas sólo por el mar que las acuna
cada una lleva consigo el final de un algo que no terminó de comenzar
los universos de miradas y gestos no paridos,
los lazos de piel que no se unieron que no amarraron,
el humo de los cigarros de cada noche compartida,
los temblores, los nervios de cada encuentro,
las cartas, las calles leídas y recorridas,
el bar y el sillón que las emborrachó.
la renuncia voluntaria fue el sello de una,
un beso de hielo fue el cierre de la otra
se habrán separado en el camino dejándose llevar por las corrientes
se habrán reconocido pidiéndose auxilio mutuamente
se habrán perdido de vista olvidándose incluso de sí mismas
en el oscuro navegar de la madrugada
o andarán pendientes sobre el mar
intentando reconocerse en un futuro improbable
buscando coincidir cada vez más lejos entre sí
quien sabe, como poder saber si en el silencio marino del viaje
compartirán sus secretos con los peces
sólo aquellos visibles desde fuera
saben las dos que abrir sus corazones y mostrar todo su cargamento
puede ser el final del viaje, llenarse de lágrimas salinas,
hundirse y dormir para siempre sobre el fondo oscuro,
sucumbir bajo la presión líquida de la sangre terrestre
en la eterna contemplación de la playa de origen.
piden a sus dioses no romper contra las rocas,
no ser engullidas por algún nadador hambriento,
no caer en las redes metálicas de las fábricas flotantes,
pues saben, ignorantes de su destino, que deben cumplir con él,
y van en busca de un destino,
sobre una playa solitaria donde varar, donde descansar,
donde puedan ser encontradas por quien las necesite,
por quien las libere de su preciada carga, de su forzada y amada misión.

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