volver al santo oficio de la veleta, desnudando la vida como un bergante, y soñando que un día serás poeta.
junio 03, 2008
Drexler... Drexler
Que fabuloso estado de comunión,...
como si fueran mías las voces, el canto, las luces, el silencio.
Repartido por miles en ese espacio ovalado, como juguera batiendo emociones, melodías, afectos, sorpresas, encantos, canciones. Un goce, un disfrute necesario que me saca de la rutina stereo audífonos y pilas gastadas. Me lleva con mis compañeros de viaje a reencontrarnos con el placer tribal de corear hasta desafinar la última nota, hasta caer en la cuenta que es también mi vida la que canta aunque desafine en medio de "tantos cabos sueltos".
Un abrazo Jorge, y gracias por invitarme a cantar.
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