noviembre 19, 2007

No eres tu mi amor

No eres tú,
son estos días de mierda que también se irán,
son Lennon y Guevara que no quieren regresar,
latinos divididos sin América;...

noviembre 13, 2007

Pudor

Releyendo algunas cosas anteriores, me doy cuenta que soy (he sido) un adolescente destemplado y peor aun "des-tiempado" - fuera de tiempo.

"Tamos cagaos" me dijo mi amigo patrón cuando leyó algunas cosas que aparecían en este blog. Le respondí que era una manera de echar afuera las cosas, insistir en una catarsis que un poco a medias ayuda a clarificar ciertas cosas, etc. Hay quienes insisten en motivarme con sus reconocimientos, pero son los menos y mas encima quienes (por añadidura) no poseen estos espacios ciberpersonales y conocen muy poco de esto.

Vagando entre unos y otros blogs me doy cuenta de lo pueril que suena el mio. Es cierto que no he buscado reconocimiento de ninguna especie, pero son dos o tres personas las que me han retroalimentado en esta experiencia. La primera fue Pacita, que sin conocer, tal vez porque un buen día leí algunas cosas de ella y le dejé unos cuantos post, vino a dejar sus comentarios y sus ánimos. Después fue mi dulce Lorena quien me motivaba desde afuera hasta que se animó a dejar algún post, y por último mi amiga Gaby que desde la distancia y el tiempo vino a darme unas palabras de aliento.
Ninguno de mis más cercanos amigos participa de estos espacios y tampoco se han animado a participar; como cuando hablé con Jaime y con Tito y quedamos en "publicar" juntos, pero nunca pasó nada más que cuatro pitcher entre los tres.

Claro ... uno necesita ... yo necesito "feed back" y de seguro que desde algún rincón del ego también se quiere (yo quiero) ser válido para otros, pero cuando la ausencia de señales o guiños te viene a nublar la pantalla, y las ramas secas ruedan como en el desierto de un pueblo fantasma como en aquellas películas del viejo oeste, entonces dan ganas de retirarse a la mera contemplación de otras dinámicas, de otras relaciones. Ser en definitiva como un voyeur de la blogoesfera... ¡Que mundo más entretenido! hay de todo cuanto imagines... blogs delirantes, alternativos, intelectuales, literatos, cómicos, andróginos, autoreferentes, y más... los hay de izquierdas y derechas, apolíticos, amarillentos, recatados y políticamente correctos. Hay de cuanto uno se imagine. Las redes que se arman entre quienes postean te llevan entre los más variados temas, las más variadas formas de escribir, de interpretar la realidad, de crear realidades.

Quizás la lección de este tiempo sea la espera y la maduración. Esperar y madurar ... mmm
Quizás en definitiva siento que a nadie le he aportado mucho, o mejor dicho, a muy pocos les he aportado algo. Porque en cierto sentido, el escribir y publicar desde tus pensamientos hasta tus creencias, tus sueños, deudas, dolores, tus "despistes y franquezas", tienen un liet motiv parecido al sentido metafísico que le asigna al ser humano el sentido común: el dejar un "legado inmaterial", algún "aporte a la humanidad", esa que está en el rostro conocido o ignorado de quienes están cerca de nosotros del modo que sea posible, pero siempre real (aunque sea virtual). Podría arguir que este liet motiv puede ser consciente o no, pero de cualquier modo debo reconocer que todo esto no es más que una formulación hipotética que justifica mi pesar emocional por no tener amigos blogeros que me visiten, me dejen comentarios, y me permitan participar de sus redes; manifiesta mi lata porque incluso personas que sé me conocen, nunca han dejado ni una crítica o un pelambre de frente en mi blog.

Tengo la conciencia de lo pueril que es todo esto, pero siento la necesidad de desembarcar las tropas y mostrar las cartas. Tengo claro que en definitiva me hablo a mí, me desempaño y me gobierno así tal cual soy.
Muchos años atrás vociferaba claridades prestadas, juicios correctos leídos de los manuales indicados. Conspiraba contra otros para ganar no sé qué cosas que al final nunca ganamos. No niego la emoción de haber compartido con tantas hermosas personas, y otras tantas que al final terminaron en el bando contrario cambiando las marchas de a pie junto a banderas y letreros pintados a mano, por las caravanas en auto con banderas y afiches pagados y confeccionados por el aptitutado de turno... pero hoy día eso ya es otro cuento.

Siento que ando desnudo de certezas materiales. Siento que no participo de "el Chile que todos queremos", siento que me he vuelto inútil ... debería sentir "depresión" me dice una voz cansada desde adentro, pero creo que no es eso. Constato que me deslumbran las conjeturas y razonamientos audaces de pseudointelectuales rompecorazones, las narices frias de damicelas en peligro dolidas por la terrible humanidad del amor y el desamor, añoro como propias las canciones que rompen cristales y mojan el cuerpo como ríos santos que bautizan. Creo que envidio, siento que adolezco, y aun así me atrevo a escribir sólo para mí aunque muchas veces sienta temor ... es más creo que siento pudor.

noviembre 06, 2007

Nada que decir

No se en realidad si son cuentos o no... se reciben comentarios, críticas, blasfemias, atrocidades y hasta malos pensamientos o deseos...


Nada que mirar. Ni luces, avisos, o la inagotable basura que crece como única señal de algo próspero en esta ciudad. Somos conejos buscando la zanahoria lejos del hogar, llegando muertos a casa, resucitados por la limosna, la escueta porción de poder que desaparece con el sudor, nos deja flacos de conciencia, gordos de consumo y deudas. De pronto las lamentaciones se esfumaron y algo suspendió mi mirada. Era la hermosa luna con su velo de nubes, asomada entre el espacio del edificio nuevo y las ventanas del tren, desde donde por fin renacía mi alma, al final del día.



Me han costado mucho estos días y no sé por donde comenzar a organizarme para que esto no cueste tanto. En verdad cuando el otro día me preguntaste que si me ocurría algo, debí poner atención a mi interior y reconocer que de verdad algo me pasaba, que algo me pasa, que no me ha dejado de pasar, que no me puedo alejar de aquella calle oscura, de aquellos perros aulladores, del sabor de la cerveza y un perfume suave, del cigarro ritual y su humo sobrevolando la silueta de alguien, del corazón atrapado entre las palabras y algo más.



Me ha encantado mucho, como otras veces, andar en micro. El paisaje interior, los bostezos, las huidizas miradas, las voces en una polifonía heterodoxa. La mirada exterior, el movimiento de muchas personas en direcciones diversas que comparten la avenida, los letreros, los kilómetros, las sonrisas y las seriedades. El flujo permanente, a veces lento, a veces grave, urgente. Más todavía en los días de lluvia, donde queda claro quien está a favor y quien en contra, quien se repele del agua y quien la recibe como un bautizo.



Sus amigos le decían que sólo era una calentura y que todas las razones enarboladas como banderitas no eran más que trapitos que le sacaban lustre a su esencia de lacho triste. En más de alguna oportunidad había sentido el escalofrío evidente del desconcierto provocado por el peso de tanto engaño, o el cansancio por tanta cópula diaria. Pese a ello, sentía en el lado más oscuro de su corazón un brillo de velas dispuestas para el amor, y sentía que esas luces eran la evidencia de la felicidad más pasajera y breve por la cual estaba dispuesto a morir.